El
tarot
puede entenderse como una
herramienta
arquetípica
de la mente humana. Las cartas aconsejan mediante símbolos, la
situación actual. El Tarot da consejos y es responsabilidad y
decisión personal las elecciones tomadas. Es una herramienta para
poder elegir y tomar nuestras propias decisiones, es decir las
personas tienen libre
albedrío.
La suerte nos la creamos cada uno de nosotros con nuestra actitud y
conducta.
Cuando
aparecen los problemas algunas personas se angustian, pensando que se
encontraran en esta situación para siempre. Eso no es así, los
sucesos cambian y después de la tempestad viene la calma. En
situaciones de “Tormenta Emocional” perdemos la claridad
de la situación, viéndolo todo negro. Cuando uno se encuentra ante
una gran tormenta, es necesario buscar refugio hasta que la tormenta
pierda intensidad, es decir buscar un periodo de calma y reflexión
para tomar decisiones importantes. La vida es constante cambio,
dependiendo de nuestra actitud, si es positiva alcanzaremos grandes
niveles de consciencia adaptándonos a las circunstancias. Con el
tiempo se aprende que toda tormenta es pasajera y cuando pasa vuelve
a brillar el sol.
Lo
material siempre tiene solución, cuando se pierde algo es sustituido
incluso por algo mejor. Los sentimientos pueden en determinado
momento crear dolor, normalmente se trata de un dolor de crecimiento,
permitiéndonos crecer como personas.
El
rol del tarotista, al ver la situación de forma externa con
objetividad, aconseja sobre los acontecimientos presentes. El
Tarotista solo da consejos, tú a través del libre albedrío eres el
que debes elegir como vas a navegar por la vida.
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